El presidente del BCRA aseguró que el nuevo esquema de fijación de política monetaria estará estrechamente ligado a la tasa de interés de títulos que fijen las licitaciones del Tesoro. En una entrevista con Télam, habló de su vínculo con la ministra de Economía, la evolución del tipo de cambio y la necesidad de tener un mercado de capitales local que ayude a calmar la volatilidad económica.
El presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, aseguró que el nuevo esquema de fijación de política monetaria estará estrechamente ligado a la tasa de interés de títulos que fijen las licitaciones del Tesoro, que será "la referencia de nuestra macroeconomía", y que defenderá su precio a través de la compra o venta de sus títulos para evitar la volatilidad en el mercado.
"Comienza a tomar relevancia dentro de la política monetaria la tasa de interés de los títulos públicos como la referencia macroeconómica de nuestra economía", dijo el titular del organismo monetario en una entrevista con Télam.
Decidido a incentivar a que bancos, empresas y ahorristas tomen a la deuda del Tesoro Nacional como el instrumento de inversión seguro y de mayor rendimiento, el BCRA estableció esta semana un nuevo corredor de tasas de interés conformado por las Letras del Tesoro de corto plazo como límite superior del corredor (hoy en un nivel promedio de 67% de TIR), la tasa efectiva anual (TEA) de las Leliq a 28 días (66,5%) como referencia media y la tasa de Pases a un día como límite inferior (de 58,9% de TEA).
El objetivo de esta medida busca dejar en claro que existe un alto nivel de coordinación entre el BCRA y el Ministerio de Economía para fijar la política económica, y que la autoridad monetaria respaldará al Tesoro en sus emisiones de deuda soberana.
El presidente del Banco Central habló de su vínculo con la ministra de Economía, Silvina Batakis, los pasos dados para reestablecer tasas de interés reales positivas después de la pandemia, la evolución del tipo de cambio y la necesidad de tener un mercado de capitales local que ayude a calmar la volatilidad económica.
¿Cómo es su vínculo con la ministra Batakis y cómo es la dinámica de trabajo en estos primeros días?
Mi vínculo es muy bueno. Venimos trabajando en el sector público desde hace mucho tiempo y sé de sus capacidades y del trabajo que hizo en la provincia de Buenos Aires. Hemos tenido muchas oportunidades de intercambiar ideas de economía y estoy seguro de que hará un muy buen trabajo.
¿Siente que tomó más protagonismo en los últimos días, con una mayor exposición pública y peso del Banco Central en las decisiones de política económica?
No, no me siento más protagonista. Nuestro protagonismo tiene que ver con la idea que habíamos planteado al comienzo de nuestra gestión: que el Banco Central deje los instrumentos propios de política monetaria (Leliq y Pases) para hacerla a través de operaciones de mercado abierto, con títulos públicos, como hacen todos los bancos centrales del mundo. Ese rol tiene un concepto fundamental, que es que el Banco Central fija una curva de tasa de interés que tiene implícitos precios de los títulos del Tesoro Nacional y defiende esa curva, evitando la volatilidad. Se venía actuando con los títulos a tasa fija y, desde la primera semana de junio, también con los títulos a tasa variable. Dimos el mensaje al mercado de que estábamos actuando sobre todas las curvas de títulos del Gobierno nacional, pero esto era necesario difundirlo. Por eso mi presencia en los medios.
Esa intervención implicó una emisión monetaria para rescatar títulos, luego esterilizada.
¿Cómo manejan el aumento de pasivos?
El Banco Central tiene esterilizado alrededor de 6 billones de pesos a través de las Leliq y de los Pases. Ahora dicen que eso es un problema, que hay que licuarlo con la inflación y no: eso (por el pasivo monetario) es el ahorro de los argentinos, de las familias y de las empresas argentinas, y hay que intentar protegerlo y buscar que se desarrolle el mercado de capitales, para que ese fuerte ahorro se convierta en inversión real. Creo que ahí hay un desafío que debiera estar en la agenda de las políticas de Estado de nuestro país.
¿Cómo combina el objetivo de una tasa de interés positiva con la estabilidad a nivel macro?
Creemos que la tasa de interés tiene un efecto menor sobre la inflación en comparación con otros países, donde el crédito al sector privado representa entre el 100 y el 50 por ciento del producto y una suba de la tasa de interés afecta a la demanda agregada. En la Argentina, el financiamiento al sector privado representa el 8 o 9 por ciento, por lo que los aumentos de tasa no afectan en ese sentido. Lo que nosotros tenemos es un compromiso con el desarrollo del mercado financiero y de capitales local. Es importante, en ese sentido, preservar el valor de los ahorros en pesos, buscando que se conviertan en financiamiento a través del sistema financiero o del mercado de capitales y ahí es donde, para nosotros, tiene un rol importante la tasa de interés. Pasado el momento más difícil de la pandemia, hemos retomado la idea de que las tasas de interés tengan un valor mayor. Hasta ahora, las tasas de referencia con la cual se manejaba el Banco Central eran sus propias tasas de Leliq y Pases. Comienza a tomar relevancia dentro de la política monetaria la tasa de interés de los títulos públicos como la referencia macroeconómica de nuestra economía.
¿El objetivo es que la tasa de interés de plazos fijos le gane a la inflación?
Estamos intentando que la tasa de interés se ubique en el umbral real y ahí, como digo, van a cumplir un rol muy importante también los títulos públicos.
¿Cómo interviene el seguro (put) que se ofreció a los bancos para incentivarlos a que participen activamente en las licitaciones del Tesoro?
No se trata de un seguro, sino que le mostramos al mercado que el Banco Central hace operaciones de mercado abierto para sostener su política monetaria. El Directorio, en la última reunión que tuvimos, definió la curva sobre la cual se va a intervenir, lo cual le resta incertidumbre. Pero, como esta acción es nueva, hemos dispuesto un derivado que es esta posibilidad de que, si alguien (por los bancos) tiene dudas de que el Banco Central va a cumplir su rol, pueda comprar una opción de venta, con el mismo sentido de evitar la volatilidad de los títulos públicos.
¿El BCRA está acelerando la tasa de devaluación para no atrasar el tipo de cambio?
Cuando comenzó a superarse la situación de pandemia cambiamos el paso devaluatorio buscando que el tipo de cambio no pierda en términos reales. Estamos con un tipo de cambio real multilateral competitivo, en niveles apropiados para nuestras exportaciones. Las exportaciones industriales vienen creciendo a una tasa del 30% interanual, lo que demuestra que no hay un problema cambiario en nuestra competitividad. Tenemos que ir graduando el efecto de la devaluación para sostenerla en términos reales y el impacto que esto pueda tener en el proceso inflacionario. Ahí hay un equilibrio que tiene que trabajar el Banco Central.
¿La idea, entonces, es que la devaluación acompañe a la tasa de interés?
Sí, la idea es que vayan de forma coordinada pero lo fundamental es que nuestra economía pueda crecer. Si tenemos restricciones al crecimiento las empresas que producen bienes de consumo masivo no pueden incluir en su presupuestos la posibilidad de ampliar la producción. Crecer es la mejor forma que tenemos de solucionar el problema inflacionario.
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